Sobre evitar ser farol de la calle y obscuridad en mi casa
Desde que inicié mi labor como terapeuta, las personas suelen acercarse a mi buscando sentirse reconfortadas o encontrar solución a sus dificultades. Difícilmente alguien llega a preguntarse si tengo algún problema, si acabo de terminar una relación, si yo también estaba en la ciudad del terremoto, si alguien amado está enfermo, si me asaltaron o cualquiera otra de las peripecias que nos regala la vida. De esta misma manera, mi formación profesional en su mayoría ha estado encaminada a comprender y ayudar al otro y esto dificulta encontrar fácilmente momentos en los que yo misma haga un alto para ver por mí como debiera, a manera de poder estar en una posición que me permita ver por el otro adecuadamente.
Para mí, de eso se trató el Practicum de Crisol “Prácticas Dialógicas, del trauma a la Transformación”, de permitirme hacer una parada en mi historia desde una multiplicidad de miradas expertas que me facilitaron comprender de que forma el trauma me ha modelado hasta llegar a ser la persona que soy hoy, de agradecerle a la vivencia traumática sus enseñanzas y recordar sus legados en mi historia.
Si pienso en mi persona favorita, aquella a la que más admiro por sus logros, su trayectoria, sus vínculos, su calidez y su sabiduría, en fin, en pocas palabras por su vida, me es imposible imaginarlo sin sus dificultades. Sé bien que vivió la experiencia de ser exiliado, encarcelado injustamente, que sufrió el cáncer, la muerte de un hijo y un par de cosas más. Sin embargo, sé también que era el hombre más bondadoso, amoroso, tierno y amante de todo ser vivo que he conocido, era pues un sabio que supo resignificar cada experiencia vivida para volverse una mejor persona y esparció esa sabiduría entre los que lo rodeábamos. En momentos difíciles me ha parecido que la fórmula para alcanzar dicho equilibrio es irrepetible. Sin embargo, haber escuchado a expertos y profesionistas en formación compartir las similitudes de experiencias vividas que nos han dejado huella, me permitió admirar la resiliencia de todos aquellos que comparten mi profesión. Me pregunto si lo escuchado por todos nosotros, que nos sabíamos en un espacio seguro tan necesario, nos invitó a evitar caer en la falacia de que “las personas felices son aquellas que tienen la fortuna de llevar la vida fácil, que la buena suerte las ha mantenido siempre alejadas del dolor”.
Practicum 2024 “Prácticas Dialógicas, del trauma a la Transformación”
Sería para mi imposible mencionar en este espacio las aportaciones que cada uno de los participantes tuvo en mi reflexión, quizá por ello solamente retomo el mensaje recibido de la importancia de dar voz y priorizar las aportaciones que los terapeutas nacionales, especialistas en las particularidades del dolor y trauma de los mexicanos. Podemos aportar aquí en casa, en cada uno de los espacios terapéuticos en los que trabajamos. En fin, que resaltemos las bondades de lo “Hecho en México” dentro de la terapia sistémica.
El presente artículo forma parte de la publicación: Abril 2024. Practicum 2024, Ecos Practicum. Boletín Crisol. Año 1, Vol. 1.
Acerca de la Autora
Elena Portas Pastrana
Es psicóloga, terapeuta familiar Crisol
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