Sin magia ni maestros: para las prácticas sistémicas y sociales mexicanas
Después de mi primera visita a la Ciudad de México – con sus famosas iniciales “CDMX” pegadas por todas partes – para trabajar con mis colegas y amigos de CRISOL, me gustaría expresar mi gratitud por un maravilloso encuentro con todos ustedes, su ciudad y cultura.
Desde mi visita al Museo Nacional de Antropología y las iglesias de Coyoacán y las casas bellamente conservadas de la época colonial de San Ángel, la lectura de las impresionantes cumbres de la cultura literaria mexicana como las de Carlos Fuentes y Octavio Paz, y desde los murales de Diego Rivera y los brillantes autorretratos de Frida Kahlo, hasta los pasatiempos populares del fútbol mexicano y los luchadores de la lucha libre; salí encantado e inspirado.
El Practicum comenzó el 8 de marzo, que es el Día Internacional de la Mujer. Me sorprendió el tamaño de la celebración y manifestación organizada por mujeres y protegida por mujeres. Vi imágenes de unos 2.500 policías y otras fuerzas, todos ellos mujeres. Claudia Sheinbaum, su inmediata exalcaldesa o gobernadora de la CDMX, es una mujer que es candidata presidencial en las elecciones de este año. Esta inspiradora manifestación también revela algunas de las brutales realidades de las desigualdades económicas y la injusticia social en México con imágenes de mujeres desaparecidas por todo el centro de la ciudad, planteando la pregunta: ¿Dónde está ella ahora?
Dondequiera que miré, vi arte y arquitectura, cocina local y deportes que son exclusivamente mexicanos a través de una especie de mezcla que se llama sincretismo en religión y que se aplica igualmente bien a estos otros dominios culturales y sociales.
La terapia también tiene una larga presencia en México, desde el psicoanálisis hasta la terapia familiar sistémica, representada en mi opinión por figuras como Erich Fromm de Alemania, quien enseñó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Alberto Palacios, un pionero mexicano del psicoanálisis de grupo. Y, sin embargo, me encontré preguntándome: ¿dónde está la terapia sistémica y familiar mexicana?
¿Cuáles son las prácticas sistémicas exclusivamente mexicanas basadas en las tradiciones mexicanas y las adaptaciones modernas para las familias y otros sistemas?
Lo “casero” y la autosuficiencia:
Uno de los lugares que visité en la CDMX fue el Parque Gandhi con una estatua de Mahatma Gandhi con su famoso taparrabos.
Antes de la independencia de la India en 1947, Gandhi alentó a los indios a utilizar lana casera (lana hecha en casa, hilada en ruecas que cualquiera podía usar) para reemplazar la lana importada procedente de las fábricas británicas como parte de la resistencia no violenta contra la colonización y el dominio británicos conocida como la Raj británico y para garantizar la autosuficiencia o swaraj. Esta fue la razón por la que Gandhi llevaba un taparrabos hecho en casa y la imagen de la rueca y de Gandhi con un taparrabos se convirtieron en poderosos símbolos de la soberanía india.
Esperar que lo que hacemos en nuestras prácticas sistémicas y sociales sea beneficioso para quienes buscan nuestra ayuda es necesario para mantener nuestro compromiso con el cuidado de los demás. Sin embargo, creer que esto es suficiente en un mundo donde hay recursos y tiempo limitados para toda la población es un pensamiento mágico.
Escuchar y aprender de la sabiduría y las prácticas de los maestros de las prácticas sistémicas y sociales en otras sociedades es valioso y fructífero. Y, sin embargo, importar sus enfoques y modelos de práctica al por mayor a México sin adaptaciones cuidadosas y deliberadas para sus propias necesidades, tanto en sus propias prácticas sistémicas como para las prácticas sociales en su sociedad, es someterse a la autoridad de los maestros.
Utilicemos la estatua de Gandhi vestido con un taparrabos casero como metáfora de la protesta anticolonial y la búsqueda de la autosuficiencia.
Sincretismo: “Hecho en México”
Por eso, pido a los mexicanos que utilicen un modelo muy mexicano de sincretismo: tomar lo que tienen en sus ricas costumbres y su colorida historia a la luz de sus necesidades y recursos sociales y emplear conocimientos, habilidades y prácticas del extranjero, adaptadas a sus necesidades locales. Realidades para construir la respuesta mexicana a las prácticas sistémicas y sociales.
Es hora de que los terapeutas y activistas sociales mexicanos sigan esperando mejores prácticas sistémicas mientras aceptan los límites de los modelos importados. Ya es hora de que los mexicanos formen a sus propios líderes a través de su propia pedagogía produciendo nuevas soluciones a sus propios problemas, sin magia, ni amos, foráneos o locales.
Sueño con el día en que un nuevo tipo de terapia que se parezca a lo que ahora se enseña en CRISOL integre sus antiguas culturas indígenas, junto con las huellas de la colonización española y muchos otros pueblos que han emigrado a México y han agregado sus recursos culturales y su arduo trabajo. Desde entonces, producir prácticas sistémicas que ofrezcan soluciones “caseras” a los problemas mexicanos que lleven el sello: Hecho en México.
El presente artículo forma parte del Boletín Crisol año 1, Vol. 1 Abril 2024, Practicum 2024, Ecos Practicum.
Acerca del Autor
Vincenzo Di Nicola,
Psiquiatra infantil y familiar, terapeuta sistémico y filósofo
Profesor de Psiquiatría, Universidad de Montreal
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